Una alta concentración de ácido butírico en el ensilado se ha asociado con ensilados anaeróbicamente inestables, obtenidos de forrajes con alta capacidad tampón, que limita el descenso del pH durante la fase de fermentación. En investigaciones se estudió la relación entre el contenido de ácido butírico en los ensilados y la prevalencia de cetosis subclínica y clínica mediante la monitorización de 1,112 vacas, las cuales se encontraban en 30 – 100 DEL (días en leche).
Los resultados obtenidos fue que la presencia de ácido butírico en el ensilado de maíz fue de 1,2 g/kg MS y con escasa variabilidad entre muestras, los ensilados de pastos presentaron una concentración de ácido butírico de 25,5 g/kg MS y los de pasto raigrás de 12,4 g/kg MS, con una amplia variabilidad entre explotaciones, de manera que, en ocasiones, se observaron ensilados claramente mal fermentados con pH por encima de 5.
En el estudio, la prevalencia de los casos de cetosis subclínica fue del 16,2 % y de la clínica del 3,8 %, y en ambos casos se concentró entre la segunda y la séptima semana posparto. Como la densidad energética de la ración fue similar en todas las explotaciones (10,84 MJ EM/kg MS), los casos de cetosis no parecen originados por un balance energético negativo.
Ahora bien, cuando se estimó la ingestión de ácido butírico de la ración completa, a partir de la ingestión de ensilados utilizados, se observó que el consumo medio de las vacas que presentaron cetosis subclínica fue de 27,5 g/kg MS, y el de las que mostraron signos clínicos fue de 35,7 g/kg MS. En las hembras en las que no se detectó excreción por orina de cuerpos cetónicos, la media de ingestión de ácido butírico fue de 15,9 g/kg MS (tabla 2). Por lo tanto, existe una relación directa entre la concentración de cuerpos cetónicos en la orina y el contenido de ácido butírico del ensilado utilizado en la ración.
Conclusión. Las vacas pueden metabolizar hasta 750 g/día del butirato producido en el rumen, pero una ingesta adicional de 450 g de ácido butírico induce a la aparición de cetosis en cualquier vaca al inicio de la lactación. Por lo tanto, deben evitarse fermentaciones butíricas en el proceso de ensilado. La fermentación butírica se puede prevenir impidiendo la entrada de oxígeno al silo, mediante la adición de inhibidores del deterioro aeróbico, como el Lactobacillus buchneri, o reduciendo el contenido de humedad del forraje prehenificándolo previamente.
Fuente: Fernando Vicente et al., 2012. Cetosis subclínica en vacas lecheras durante el periodo de transición.